26 feb 2014

Actualidad. Soldado Lee Rigby


  Hace apenas unas horas han sido juzgados los dos salvajes que mataron a machetazos a Lee Rigby, un soldado británico y veterano de Afganistán, el 22 de Mayo de 2013. El asesino ha sido condenado a cadena perpetua (gasto inútil, pero si esto hubiera ocurrido en España hubiera quedado en dos años de prisión) y el cómplice a 45 años.
 Todos recordamos aquellas imágenes de un maldito islamista con las manos manchadas de sangre que acababa de matar a un joven, delante de varias personas que no hicieron absolutamente nada por impedirlo, bueno sí, grabarlo con sus teléfonos mientras el mono se justificaba diciendo que soldados británicos mataban islamistas a diario.
Sabemos de la educación de estos seres, y haciendo buena gala de ella, ni siquiera han conocido su sentencia delante del juez, pues se negaron a ponerse en pie y forcejearon con los guardias de seguridad. Mientras tanto, su abogado hablaba de la posible rehabilitación de estas bellas personas. Durante el juicio se han recordado las palabras que los dos individuos dirigieron a la prensa “ojo por ojo. Nadie está seguro”. Pues bien, desde aquí les deseamos que no lleguen a cumplir la totalidad de sus penas, y no precisamente porque les rebajen la condena, y también les recordamos que será entonces cuando el verdadero juez les juzgará como es debido.

En fin, otra muestra más de que vienen aquí a enriquecernos con sus culturas. Esperamos que no hagan falta más episodios como este para que nuestro pueblo despierte.

Lo que nos quieren hacer creer


Realidad


La pena, la culpa y el orgullo.

Resulta sorprendente todo lo que se puede conseguir dando lástima. Provocar en el prójimo un sentimiento de culpa garantiza unos resultados magníficos, incluso cuando el prójimo en cuestión no es culpable de nada.
Por ejemplo, un pueblo puede engañar, manipular, esclavizar y asesinar descaradamente sin ninguna consecuencia, siempre que haya convencido a los demás de que ha sufrido terriblemente por su culpa. Entonces, tiene carta blanca.
Y a nosotros llevan siglos haciéndonos creer que somos un pueblo de genocidas despiadados.
Los españoles estamos tan seguros de que nuestra cultura es despreciable y todas las demás son admirables, que somos capaces de tolerar cualquier afrenta en nuestra propia casa. Por eso nadie reacciona cuando centenares de salvajes asaltan nuestras fronteras cada día. Por eso no importa que cualquiera que llegue de fuera nos arrebate lo que es nuestro por derecho. Por eso estamos como estamos. Porque nos han hecho creer que tenemos la culpa de su miseria. Que tenemos la obligación de acogerles, porque nosotros lo tenemos todo y ellos no tienen nada. Aunque ya no quede ni para los nuestros, los recién llegados están antes que nuestra propia gente.
Aquí no llegan inmigrantes desnutridos. Ni los que saltan la valla, ni los que vienen en patera, ni los que llegan en avión. No vienen porque en su país pasen hambre. Vienen porque les damos casa, colegio y sanidad gratis. Y encima vienen exigiendo. Nuestras costumbres les molestan, deben desaparecer. Nuestra cultura es un recordatorio constante de todo lo que hemos sido capaces de hacer y de lo poco que han hecho ellos. Así que cuanto antes se nos olvide, mejor. No vaya a ser que un día volvamos a tener orgullo y se les acabe el chollo.


25 feb 2014

Horst Wessel



  El 14 de enero de 1930, un grupo de asesinos comunistas liderados por la judia Else Cohn y Ali Höhler, se presentaron en el domicilio de un joven muchacho de tan solo 19 años, disparándole a bocajarro y sin contemplación en repetidas ocasiones, resultando herido de gravedad en la mandíbula.
 Tras haber sido transferido de urgencia al Hospital de Friedrichshain donde durante casi un mes lucha por sobrevivir, muere finalmente a causa de una severa septicemia el 23 febrero de 1930.
 Su nombre era Horst Wessel, el jovencísimo jefe de sección de la unidad número 5 situada en el centro de Berlín.
 La razón de tan vil asesinato sigue estando incluso hoy en día muy clara: la convicción y el compromiso con su ideal, inspiración para la fuerza joven, quienes hacían de las tropas de asalto nacionalsocialistas ser elite. Desafiaban y resistían a la escoria traidora, cuya única pretensión valida era aniquilar lo poco que le quedaba al alemán para subsistir como trabajador libre en su propio hogar.
  El valor de este joven combatiente era el reflejo diario de su activismo, hecho que le llevo a ser jefe de una de las sección de asalto en aquel Berlín contaminado por el comunismo judaico. Aquel Berlín que resultaba extremadamente peligroso para las personas con conciencia propia, con voz y que sobretodo, resultaba extremadamente peligroso para las personas que tenían coraje, coraje de no esconderse, coraje de luchar, coraje a negarse ante una falsa salvación impuesta por los contrarios al carácter y bienestar europeo.
 No contentos con este asesinato terrorista los comunistas quisieron, haciendo honor a su falta de moral, reventar el propio funeral de Horst Wessel, llegando incluso a intentar apoderarse del féretro del mártir. Como en innumerables ocasiones y con más entrega aún, las tropas de asalto, todos los camaradas y simpatizantes del partido presentes hicieron retroceder al terrorismo rojo, mostrando su convicción de implantar verdadera justicia en una época gobernada por el caos. Los cabecillas de este vil complot fueron ejecutados tras un segundo juicio sin estar amparados ya por la impunidad de la que gozaron durante la Republica de Weimar.

Por todo ello y por la memoria de los caídos por Europa:

¡Horst Wessel Presente!

¡¡HONOR!!


23 feb 2014

Pueblo ucraniano

 Tus calles están llorando, tus hijos están sangrando intentando zafarse del yugo opresor.
 Tus soldados, esos valientes camaradas que combaten con una céltica en sus banderas, camaradas que luchan por la misma libertad que nosotros anhelamos, camaradas que están dejando sus vidas en el frío suelo del Este, vencerán liberándote de usureros y corruptos.
  Y la sangre que hoy te  nutre servirá para que los más jóvenes nunca olviden por qué lucharon esos héroes encapuchados, y por qué miles de personas decidieron cambiar el calor de sus hogares por el fragor de la batalla.

  Desde aquí aprovechamos para comunicar a los que menosprecian la vida de estos camaradas (incluso dentro de nuestras propias filas), que serán los primeros en caer. Si no es por sus propios medios, lo será por los nuestros.

  Hermanos ucranianos, estamos con vosotros.


18 feb 2014

Sin remordimientos

«Judas Iscariote vendió a su maestro por treinta dineros de plata; Vuestras Altezas le van a vender por treinta mil; aquí está, tomadle y vendedle».

 Con estas palabras y crucifijo en mano, Tomás de Torquemada irrumpía en el salón del trono de los Reyes Católicos durante la audiencia de un comisionado judío. Los hebreos le estaban viendo las orejas al lobo y, fieles a su forma de actuar, pensaron que ofreciendo 30.000 monedas a los reyes para ayudar en la guerra contra el moro, podrían comprar la lealtad de sus majestades.

 Afortunadamente, a Isabel y Fernando nos les movía el amor al oro, sino a su pueblo. No se dejaron deslumbrar por los ofrecimientos semitas.

Sin embargo, el espíritu de los Reyes Católicos hace mucho tiempo que abandonó estas tierras. Nuestros gobernantes nos han vendido descaradamente a nosotros y a nuestros hijos.

Cuánta falta hace otro Torquemada...

13 feb 2014

cenizas

Cientos de miles de almas están gritando. Es un estruendo terrible. Pero nadie lo escucha.

No gritan por el dolor. No es el fuego aliado lo que provoca sus lamentos.

Tampoco les hace gritar el miedo, no. A pesar del horror de ver cómo todos los tuyos arden. Todos tus vecinos, las mujeres, los ancianos y los niños. Los niños...

Están gritando porque sus asesinos jamás pagaron por su crimen. Sus asesinos son grandes hombres a los ojos del mundo. Y sin embargo, ellos no existen.

Nadie recuerda a las víctimas de aquella masacre. Nadie hace películas lacrimógenas. Nadie escribe novelas sobre los niños de Dresde. Nadie pide justicia.
Por eso sus almas siguen gritando. Por eso Dresde estará siempre ardiendo, aunque ya no esté cubierta de cenizas.


11 feb 2014

Patriotas, soberbias e incorregibles Only the person who is able to conqueer freedom daily is worthy of it

"Only the person who is able to conquer freedom daily is worthy of it"

Nacimos con ese espíritu inconformista que desde los inicios de nuestra andadura nos ha hecho disfrutar de aquellos valores que llaman perdidos, de valores que muchos han desechado en favor de lo políticamente correcto.
 Nosotras fijamos un punto de partida y una base clara, constante e incorregible, sin bagajes ambiguos para agradar a tal o cual opinión, más o menos pública.
 Nosotras sabemos lo que es la persecución, pero aquella que es diaria. Hemos sufrido y hemos sangrado por elegir la verdad, elegir el sí a la Patria, el sí a nuestra Europa. En definitiva dando el sí a una doctrina ideológica que en su día funcionó eficazmente sacando a un pueblo entero de la miseria absoluta, devolviéndole carácter  y orgullo creador.
 Conocemos mejor la jungla de asfalto, donde todo traidor puede enarbolar su falsa bandera, donde hordas enteras hacen alarde de su cobardía a diario, usando mil excusas para venderse a mil putas democracias distintas, unas más rojas y las otras más modernas. Y a pesar de todo preferimos permanecer aquí fuera, solas, sin ningún partido aparentemente filantrópico detrás, con ganas de venderte la misma milonga de ahora así y ahora asá.  Sí, hemos sido vejadas y agredidas, traicionadas y decepcionadas y hemos permanecido en pie, siempre ofreciendo pronta y contundente respuesta, portando la misma convicción con fe absoluta e inquebrantable.
  ¿Y por qué? por que luchamos por la libertad con una determinación de hierro y con un convencimiento absoluto y por que aborrecemos el patetismo detrás del cual se escudan muchas.
 Las palabras son fáciles de plasmar pero más difícil resulta demostrar valentía, coherencia e ingenio en combate, por que no os equivoquéis el combate ha de ser diario y en tiempos como los que nos han tocado vivir, ha de ser cada día más arduo y más efectivo. Al final, la demagogia dejémosla sierva en manos de otras. Mientras, seguiremos aguantando con la misma decisión y el mismo fuego avivando nuestra intransigencia pero, en el terreno de la vida real, donde una se lo juega todo, donde los niños pasan hambre y donde toca partirse la cara, junto solo a aquellos que entienden esta vil realidad. Es allí donde nosotras estamos más a gusto, por que al fin y al cabo nos declaramos hijas de la revolución, la revolución de la resistencia, que no entiende de conformismos estéticos ni de suavidad ideológica sino que reconoce su verdadera fortaleza y su nexo de unión para afirmar ¡VICTORIA! La Patria nos pertenece y a ella debemos defender para conseguir nuestro más sagrado derecho: la libertad.
¡Patriotas, soberbias e incorregibles!

P.D.: ¡Sieg Heil!

9 feb 2014


Toñín

Aquella mañana se había desatado el infierno. Después de dos horas de bombardeo, los rusos llegaban en oleadas interminables. Pensaban que no quedaría nadie dispuesto a plantar cara a semejante despliegue, pero ni la desventaja de 10 contra 1, ni la falta de artillería y apoyo aéreo, ni los 25º bajo cero de aquel 10 de febrero habían conseguido amilanar a los españoles. No se rendían. Estaban teniendo muchas bajas, si. Pero resistían y peleaban con una fuerza impresionante.
 El joven soldado Antonio Ponte Anido, Toñín, había recibido un balazo. Pero aún podía caminar, así que le ordenaron retirarse y pedir refuerzos.
 Y en ello estaba cuando se percató de que un carro ruso había entrado en las líneas españolas. Varios compañeros habían intentado neutralizarlo, pero no lo conseguían. Y el T-34 se estaba acercando al hospital donde se refugiaban los heridos españoles.
Podía haber continuado su camino. Haberse puesto a salvo y cumplir órdenes. Pero un pensamiento fugaz hizo centellear sus ojos azules. ¡Ahora o nunca! Corrió hacia el coloso de acero soviético y activó una mina en sus cadenas. Toñín era zapador. Sabía que la explosión lo mataría. Pero sus compañeros estarían a salvo.
Y así fue. Antonio Ponte Anido entregó su vida en un acto heroico y admirable. Un Héroe de 20 años.

Casi 70 años después de aquella gesta, Carmen Chacón ordenaba la retirada de todas las placas que llevaran el nombre del joven Ponte Anido de los cuarteles españoles. Y los mandos militares acataron el desvarío de la ministra. El ayuntamiento de Coruña también retiró su nombre de la calle donde había nacido.

Y después de conocer la historia de aquel Héroe, y de comprobar cómo la clase gobernante desprecia de forma miserable y cobarde su memoria, parece que sólo se puede sentir rabia y vergüenza. Pero en realidad el sentimiento más fuerte es el de orgullo. Orgullo por aquel muchacho y su hazaña. Orgullo por la División Azul. Porque aquellos Héroes eran españoles. Y porque sus nombres jamás serán olvidados, por mucho que se empeñen estos traidores.