7 dic 2014

8 DE DICIEMBRE

Me niego a llamar a estas fiestas "el puente de la Constitución ". Ni siquiera "de la prostitución " o "de la corrupción", a pesar de que esa denominación se ajuste más a la realidad. Este es el puente de la Inmaculada. Punto.
Que ya sé que ya nadie es católico y que cada uno celebra lo que le da la gana,... y así nos va. Pero es del género idiota preferir la fecha en que se firmó la sentencia de muerte de España, para ignorar la conmemoración de una victoria épica... y de un milagro.
El 8 de diciembre es una de las pocas fiestas católicas que no cuadran con ninguna herencia pagana. Pero no es que ese día se celebre la Inmaculada porque a la Iglesia se le antojara. Es que aquel día, hace la pila de años, el ejército español se encomendó a La Virgen Inmaculada cuando estaba todo perdido y, mira tú por dónde, resulta que ganamos.
En 1585 estábamos en guerra contra el hereje allá por los Países Bajos. La propaganda antiespañola lleva desde entonces (desde mucho antes, en realidad) tachándonos de sanguinarios come niños. Que ellos mientan es hasta lógico, pero que nosotros nos lo hayamos terminado creyendo, es muy triste. La rebelión de los Países Bajos tiene más que ver con la pérdida de privilegios de los príncipes holandeses que con nuestra supuesta sed de sangre. Pero esa es otra historia.
Decía que en aquel entonces, 5000 soldados católicos defendían Empel. La cosa pintaba muy chunga para ellos, porque, aparte del frío que debía hacer por allí en diciembre, del hambre que estaban pasando con el asedio y del castigo de la artillería holandesa, resulta que los refuerzos no parecían llegar. Así que, como el mando holandés pensó que ya estaba todo el pescado vendido, ofreció a los españoles una rendición honrosa. Fue entonces cuando Francisco de Bobadilla, más chulo que un ocho, dijo aquello de "ya hablaremos de capitulación después de muertos". Sí señor. Y es que, en aquella época, ser español implicaba no agachar la cabeza ante ningún enemigo. Casi como ahora.
Y cuando nuestros soldados estaban ya en las últimas, rodeados de agua y de barcos herejes, encontraron la imagen de la Inmaculada. Hoy en día, encontrar un cuadro de La Virgen le habría dado igual a todo el mundo. Pero en el siglo XVI los españoles éramos de otra manera. Éramos tan diferentes que un hecho como ese les hizo confiar en la victoria, cuando no les quedaba nada.
Y aquella noche, de forma milagrosa, las aguas que rodeaban a los españoles se congelaron, y nuestra infantería marchó en silencio sobre el hielo y pudo sorprender al hereje en sus naves, y vencer en Empel.
De ahí que Holak, el almirante holandés exclamara: "Tal parece que Dios fuera español, al haber obrado tan grande milagro". Y bueno, no se puede negar que da la impresión de que, aquel día, alguien muy importante nos echó una mano.
Así que, hoy,  algunos, lo que celebramos es aquella victoria, aquel milagro. Es el día de la Patrona de Infantería. El día de la Inmaculada. Y punto.

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