18 oct 2014

Maternidad congelada


Cada vez que oigo hablar de ayudas a la familia, se me erizan los pelos de la nuca. Fundamentalmente porque más que ayudas, son limosnas. Migajas ridículas que requieren tanto papeleo y tanta justificación, que ni siquiera merece la pena solicitarlas.

Y eso en el mejor de los casos, porque también tenemos otra versión de las engañosas "ayudas": las que son una trampa. Las que se venden como grandes progresos y que efectivamente hacen progresar, pero no a las familias, sino a los cuatro listos que siempre salen ganando a nuestra costa. Y los reyes del mambo en este tipo de ayudas son las multinacionales chupi guays, como Facebook y Apple.

A estas dos empresas se les ha ocurrido el magnánimo gesto de pagar a sus empleadas el proceso de congelación de óvulos, para que así las trabajadoras puedan dedicarse al tedioso y molesto proceso de tener hijos cuando a la empresa le parezca oportuno.

Porque una de las máximas fundamentales de las multinacionales que dirigen nuestros destinos, de los medios de comunicación y de la sociedad moderna, es que la maternidad es una carga. Una condena insoportable e innecesaria.

Nadie parece darse cuenta de que lo que sí es una carga para toda la sociedad es estar al servicio de esas multinacionales a las que nuestro pueblo les importa un pito, y que sólo miran por sus intereses, por lo que nos puedan exprimir.

Por eso las familias son un problema, porque en el asqueroso mundo moderno que han creado esas grandes empresas, la prioridad no puede ser la familia. La prioridad tienen que ser los beneficios y la producción.

Resulta que ellos establecen el momento correcto, nos dan permiso para ser madres. Cuanto más tarde, mejor. Porque también se han encargado de hacer creer a todo el mundo de que ser madre joven es detrozarse la vida, por supuesto. Ese es otro dogma del mundo moderno: convencer a nuestras jóvenes de que un embarazo es peor que la sífilis. De que ser madre es absolutamente incompatible con ser libre, con divertirse, con ser feliz. De que para "realizarte como persona" es indispensable pasar un par de décadas de tu vida de fiesta. Aunque eso no sea vida, y tú dejes de ser persona. Es preferible reivindicar el "derecho" a asesinar a tu hijo antes de nacer, en lugar de luchar por darle un futuro digno.

Muy bien. Pues de parte de aquellas que una vez decidimos no hacer caso a todos los que nos aconsejaban que "interrumpiéramos" un embarazo por llegar en un momento inesperado, esas que nos hemos empeñado en sacar adelante a nuestros hijos cuando muchos nos tachaban de insensatas. De parte de las que insistimos en "destrozar" nuestro futuro, y comprobamos que habíamos tomado la mejor decisión de nuestras vidas. De parte de las que nunca acataremos los dogmas del mundo moderno, Apple y Facebook puede meterse sus cheques para congelar óvulos por donde buenamente les quepan.

Que ya sé que Silicon Valley está muy lejos de Europa y que a nosotras precisamente jamás nos ofrecerán uno de esos cheques, pero vamos a ver lo que tardan en aplicar aquí medidas parecidas o peores, porque somos los monitos imitadores de la sociedad yankee. Y en esa sociedad no caben ni nuestro concepto de familia ni nuestras tradiciones. Ese modelo de sociedad es el suicidio de nuestro pueblo.

12 oct 2014

EL ORGULLO

Puede que diluvie, granice, que haga frío o se desate la tormenta perfecta. Puede que haga un día de mil demonios. Seguirá siendo SU día.

Puede que las mentiras de una casta de estafadores hayan envenenado a todo un pueblo. Puede que muchos no sepan qué celebramos. Y puede que algunos lo sepan y no puedan soportarlo. Puede que todo parezca perdido.

Pero mientras tengamos sangre, seguiremos celebrando este día. Seguirá siendo el día de la Raza. El día de mi Patria. Y ni su odio, ni su cobardía, ni su poca vergüenza pueden cambiar que la nuestra es una tierra de Héroes, que España es sagrada y eterna. Que los que sentimos la Patria con cada latido del corazón, jamás dejaremos de pelear. Ni un sólo día. Así que hoy, esos traidores no existen. Hoy sólo existe el orgullo.

6 oct 2014

"...Don Juan blandiendo la espada, sobre la sangrienta popa,
tiñe las aguas de rojo como la pirata tropa.
Ríos escarlatas corren sobre la plata y el oro,
las escotillas se rompen y salen de lo más hondo
multitudes, miles de hombres, que trabajan bajo el mar
aturdidos por el sol, la dicha y la libertad.

¡Vivat Hispania!
¡Dómino Gloria!
¡Don Juan de Austria
libera a la Cristiandad!

Cervantes en su galera  vuelve el acero a su vaina.
Don Juan de Austria, a caballo, laureado vuelve a casa
Y ve una tierra cansada, un pedregoso sendero.
Cabalga en vano por siempre, loco, enjuto, un caballero.
Sonríe, no tal sultán, y envaina luego su espada…
Don Juan de Austria regresa de la Cruzada"

G. K. Chesterton
Lepanto

4 oct 2014

Leones y borregos

Madrid, jueves tarde. Una riada de universitarios inunda las aceras de la calle Princesa, a la altura del intercambiador. A 40 metros sobre sus cabezas, una imponente Minerva les da la espalda, desde lo alto del Arco de la Victoria.
Y menos mal, porque si la diosa de la guerra fuera testigo del desfile de niñatos afeminados que revolotean a sus espaldas, haría pasar su cuádriga sobre todos ellos: apocados, embobados, ñoños, horteras, pusilánimes, ... débiles.
Vivimos en un país en el que a los jóvenes no les importa pasar una noche entera en pie, mientras tengan drogas y alcohol (o estramonio), pero que no son capaces de ponerse de pie en el metro para ceder su asiento a una anciana. No digamos ya, ponerse en pie al escuchar el himno nacional. De pena.
¿Cómo hemos pasado de la juventud que salió de Atocha en 1941, vital, valiente, alegre, dispuesta a cruzar Europa sonriendo para enfrentarse al terror rojo, a la juventud de 2014, apática, cobarde, indolente, cuya idea de revolución se limita a su foto de perfil en una red social? ¿cuándo se han convertido los leones en borregos?
Miro hacia otras "culturas" y veo jóvenes salvajes, brutales, crueles. Viviendo en regiones del mundo donde la vida humana no vale un pimiento. Habituados a seguir la ley del más fuerte. Y según esa ley universal, nuestros chavales son lo más blandito de este planeta. Si algún día se produjera un choque entre ellos, los nuestros no sólo no tendrían ninguna posibilidad, sino que ni siquiera ofrecerían la más mínima resistencia.
Con lo que hemos sido...
Ahora que se acerca el aniversario de la Batalla de Lepanto, pienso en lo poco que tienen que ver nuestros muchachos con los jóvenes de aquella España.
En Juan de Austria, que con 24 años ya era  vencedor de las Alpujarras. Ahí es nada.
Capaz de sofocar la rebelión de aquellos moriscos que ni querían hablar castellano, ni aceptaban nuestras costumbres (¿de qué me suena esa actitud?), y que además colaboraban con los sanguinarios piratas turcos que asolaban nuestras costas.
O el joven Cervantes, que a los 24 años ya había tenido que salir pitando de España por escarmentar a un bocazas que había faltado al honor de su hermana. Y que en cuanto pidieron voluntarios en la Liga Santa, para dar una patada en el culo al turco, no se lo pensó un segundo.
O todos los jóvenes que luchaban con los Tercios, todos los caballeros que aguantaron en Malta, todos los soldados que combatieron al turco en el Mediterráneo...
Hoy nuestra juventud se lamenta de haber expulsado a los moriscos y no entiende por qué fuimos a molestar a los pobres otomanos. Piensan que debimos buscar otra forma de entendernos.
Muy probablemente, los cristianos que fueron quemados vivos durante el levantamiento de las Alpujarras, tenían otro punto de vista.
O el gobernador de Famagusta, que tras firmar la paz con los turcos, tuvo que ver cómo éstos se pasaban lo acordado por el forro y aniquilaban a toda su población, para luego desollarlo vivo, rellenar su piel con paja, y que así el sultán pudiera exponerla en los salones de su palacio. Las otras culturas y sus particulares gustos en decoración...
Los miles de esclavos cristianos que los turcos arrebataron de su tierra tampoco serían partidarios de la solución pacífica y "civilizada". Esos sí que sufrieron la represión en sus carnes, y no el puñetero "Alfon".
Pero esa gente y su sacrificio dan igual. Nada que no salga por la tele importa ahora. Con la juventud española sólo se puede hablar de series de moda, de programas de máxima audiencia o de redes sociales. Cuando sacas el tema de la Historia, o de la crisis de valores que está desangrando a Europa,  todos ponen cara de: "no me aburras", y desconectan de la conversación.
Así que espero que sea verdad eso que dicen de que en realidad el Islam no amenaza a Europa, que todo es un truco de Sión para confundirnos. Porque como a los morubes les de por intentar recuperar Al Ándalus, aquí en dos días está todo el mundo rezando a la Meca.
Aunque eso es algo que algunos no veremos nunca, porque va a tener que ser por encima de nuestros cadáveres.